martes, 11 de noviembre de 2008

Living in Santiago City

Protestamos todo el tiempo, que hay demasiado cemento, las calles llenas de gente y autos, el smog, el stress, la rapidez, el ruido, los edificios y un sin fin de cosas que nos molestan de la ciudad, sin embargo tenemos que reconocer que tiene su gracia.


Ayer como a eso de las 9 pm., ya había oscurecido y pasé en la 418 por la plaza a la aviación, creo que no hay una imagen más digna de una postal que la pileta con sus luces y la virgen iluminada en el cerro San Cristóbal. Y el domingo fui al Parque Forestal, pasando las primeras cuadras de safari urbano, artistas callejeros, comercio ambulante y los respectivos amigos de verde en sus caballitos llega un punto en que los tumultos de gente se disipan y puedes disfrutar de la sombra de los árboles, la paz y el "silencio" además de los bichos que te pican. Solo hay que verle el lado divertido a las cosas, por ejemplo en el metro, te puedes reír de las señoras que casi se agarran a combos por un asiento en escuela militar. O volarse con un frapuccino caminando por providencia de noche lloviendo escuchando música, después de comprar materiales.

Igual después de tanto disfrutar el panorama santiguino hace bien un descanso de tanta gente, demasiados decibeles y smog. En realidad, me he acostumbrado bien a esta extraña ciudad que dista demasiado de Punta Arenas, aunque he adaptado mis momentos reflexivos a las condiciones existentes.

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